¡Vivan los campesinos temporeros! ¡Abajo el latifundio!

En los colegios, liceos y universidades de Chile nos imparten que el feudalismo es propio de la edad media europea o de la llegada de los españoles a América. Pero que ahora vivimos en un país capitalista. ¿Qué objetivo persiguen los planes educacionales que desde el viejo Estado afirman que Chile es un país capitalista? Sin duda que persiguen desinformar, arrojar un puñado de tierra a los ojos de las masas, para que no veamos que en Chile aún existe el latifundio y la servidumbre.

Pero la realidad es innegable a la trata de esclavos campesinos del latifundista Francisco Javier Errázuriz, se suman cientos de latifundistas que someten a los campesinos temporeros a condiciones de explotación feudal, como la Exportadora Verfrut, donde los trabajadores cumplen jornadas por sobre las 12 horas diarias y donde los trabajadores que quieran renunciar deben, literalmente, fugarse, ya que son tratados como siervos de la gleba, es decir, como mano de obra que pertenece a la tierra y a la vez la tierra pertenece al terrateniente. por lo que el terrateniente actúa como amo y señor de estos campesinos.

A este trato vejatorio se le suman las amenazas a las que son sometidos los campesinos temporeros si es que llegan a fugarse o a denunciar y las listas negras que elaboran los grandes latifundistas identificando a los campesinos que levanten la voz.

En Chile el camino revolucionario tiene como elemento principal la revolución agraria, que entregue la tierra a quien la trabaja. El camino de la revolución chilena es el camino de la Revolución de Nueva Democracia, que con guerra popular, avance cercando las ciudades desde el campo.

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