La Minería y el capitalismo burocrático en Chile: “No desarrollamos industria, sólo exportamos piedras”


El Capitalismo Burocrático
Como dijo David Huamani, “el capitalismo burocrático es un capitalismo anormal, que nunca ha tenido gestación, infancia y juventud, sino ha nacido viejo, senil y deforme pues es hijo de la feudalidad y del imperialismo”. El capitalismo burocrático es explicado en los países semicoloniales en primer lugar por la existencia de características semifeudales ligadas a la  concentración de la tierra, cuya pertenencia es principalmente de terratenientes y en segundo lugar, por el freno del desarrollo industrial y el manejo de la economía y la política por parte de los países imperialistas. Esto trae como consecuencia una economía dislocada, dependiente del conocimiento y tecnología de países imperialistas, un freno en el desarrollo y empobrecimiento de las masas mayoritarias de los países oprimidos.

Caracterización de la minería como expresión del capitalismo burocrático
Todos hemos escuchado, leído o comentado que la minería es el sustento de la nación, que es el sueldo de Chile y que cuando a la minería le va bien, a Chile le va bien. Que deja grandes sueldos y que contribuye al  camino de un país desarrollado. Todo sacado de un cuento de hadas, como si esta actividad fuese la solución a todos nuestros problemas y la llave a la erradicación de la miseria y la pobreza. De acá salen los discursos de la  renacionalización del cobre de sectores oportunistas, sin considerar la economía dislocada, característica principal de los países semicolonias como el de nosotros. Pero la verdad es que la actividad minera (principalmente del cobre), a pesar de ser una de las principales en el  mundo, esta no desarrolla tales virtudes, sino que sólo impulsa una economía basada en la mono-producción y extracción de materias primas. Una actividad que se sustenta en las espaldas de los obreros y que deja jugosas ganancias para monopolios especialmente extranjeros y en donde las empresas del viejo Estado están manejadas por la burguesía burocrática. No interesa desarrollar industria derivada del cobre u otros minerales, si no que interesa extraer y sólo extraer, hasta que no quede ni un gramo de mineral. Es decir, transformar a nuestro país en un “exportador de piedras”, y sólo eso.

Importancia Histórica de la Minería: Interés del extranjero, leyes a favor del imperialismo
Por la geografía que presenta nuestro país (principalmente montañosa) podemos observar que la minería ha sido históricamente una de las principales actividades económicas a desarrollar; la fiebre del oro en la colonia, el salitre a fines del siglo XIX y principios del XX y a partir de la segunda mitad del siglo pasado el cobre. Este último valorizado a nivel mundial, por lo tanto un centro de atracción para monopolios nacionales como extranjeros. Es así como a mediados de los 80, durante el gerenciamiento militar fascista de Pinochet se estableció el código minero el cual pone como prioridad constitucional la extracción del cobre junto con otros minerales, pasando por encima sin importar por propiedad de campesinos, pequeño y mediano burgués. Es así como el monopolio extranjero se ha instalado en los yacimientos mineros, arrasando los recursos naturales, explotando al obrero y frenando el desarrollo industrial que pueda extraerse de la explotación del mineral. El objetivo es uno, explotar y vender.

Consecuencias del capitalismo burocrático para las masas
En la actualidad, cientos de miles de millones de pesos se van a los bolsillos de grandes burgueses y terratenientes. Donde la dependencia del cobre que aparentemente nos pone un paso más cerca del desarrollo, sólo genera grandes desplazamientos de las masas a los yacimientos, pero que cuando se acaba o hay problemas con la actividad, esas mismas masas se empobrecen y quedan a la deriva de trabajos informales o esporádicos (como en la pesca, temporeros entre otros) para poder llevar el sustento al hogar que seguramente está a cientos de kilómetros de donde está. Esto se hace posible porque la forma legal que se tiene para hacer más precario las condiciones de trabajo se llama subcontratación Ejemplo de esto ocurrió en el periodo de la presidencia del representante de los terratenientes Eduardo Frei, cuando se cerró la mina de carbón en Lota, dejando a toda una ciudad cesante, donde la única ayuda que se dio fue la capacitación en labores menores (cursos de peluquería entre otras), desbaratando el desarrollo económico de las masas y salvando el pellejo de grandes burgueses y terratenientes. Todo esto sin olvidar que la minería se lleva gran cantidad del agua que va a nuestras ciudades o con la que a duras penas riegan sus chacras los campesinos pobres. No olvidar que donde se depositan los contaminantes derivadas de la extracción se reparten y caen en suelos cultivados  de campesinos o cercano a poblados de la gente más pobre. Por si esto fuera poco, las riquezas caigan en el yanqui, el alemán nos venda la maquinaria pesada y nos manden a sus expertos el japonés nos venda el cobre convertido en algún electrodoméstico diez veces más caro. Esto porque la industrialización en países semicoloniales no le sirve al imperialismo, necesita crear esa relación de dependencia, aunque lo quieran disfrazar con los tratados de libre comercio (TLC), donde las relaciones siguen siendo dispares y abusivas por parte de los Imperialistas.


Que siga siendo la minería la prioridad nacional y con una actividad enfocada sólo en lo extractiva para generar riqueza instantánea para los monopolios imperantes, es sólo una muestra más de los trajes a la medida que le hacemos en nuestras leyes al imperialismo para que siga usurpando nuestras riquezas. Donde ni siquiera existe un capitalismo que permita desarrollar industria, innovación e investigación. Sólo repartir migajas mientras el país les sirva al imperialismo para llenarse los bolsillos. El desarrollo de nuestro país no tiene que ver con ser “más chileno” el cobre, porque el que lo explota y se lo lleva sigue siendo el extranjero.

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