Las políticas de Bachelet y el revisionismo para la juventud chilena

En las últimas semanas hemos visto como la lucha de clases arrecia, como en el campo mapuche las masas han venido enfrentando las arremetidas latifunditas efectuadas por los pacos del GOPE y la PDI; como los pescadores artesanales han enfrentando con barricadas, piedras y palos a los pacos de las fuerzas especiales y como en Santiago la juventud popular se ha tomado las calles y ha marchado, a pesar de las convocatorias paralelas de la CONES (nueva mayoría) que buscan la división.

En las marchas hemos visto como el viejo Estado actúa deteniendo y asesinando a los hijos del pueblo. Al mismo tiempo que dejan libres a los asesinos de Manuel Gutierrez.

Así al mismo tiempo que detienen y asesinan a quienes luchan por sus justos derechos, el viejo Estado promueve marchas por el consumo de la marihuana. Es claro: quieren que la juventud esté drogada y no organizada. Las mismas calles que se le cierran a la juventud que luchan por la educación hoy se abrieron para la marcha por la marihuana.

En Chile, la masificación del consumo de drogas, es una política que se viene aplicando con fuerza desde el gobierno de Aylwin, donde la pasta base inundó las poblaciones y se introdujo cocaína a bajos precios. Lo que buscaban arrancarle al pueblo a los jóvenes más activos para convertirlos en narcos o en guardaespaldas de narcos, como sucedió con muchos militantes de las organizaciones político-militares.


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